La singularidad de este proyecto se percibe desde su ubicación, tres masías encajadas en el centro de una pequeña ciudad de montaña, rodeadas de un terreno invisible desde la calle.

La estrategia consiste en crear un pueblo contemporáneo amurallado, un oasis dentro de la urbe existente, donde conviven 23 refugios de diversas características. Se rehabilitan al completo las tres masías existentes, respetando los elementos originales, y se proyectan ocho edificios de obra nueva, para completar la nueva trama del conjunto. La esencia y materialidad tradicional es transversal entre la rehabilitación y la obra nueva.

Al tratarse de un terreno limitado, se utilizan los vértices y la disposición de los nuevos edificios para generar espacios intermedios interesantes, donde sucede la vida propia de un pueblo.